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— Japón, Mecha Babylon, año xxxx.
Mecha Babylon — Es lo que cualquier turista hambriento de maravillas busca. Ciertamente las encontrará por las concurridas calles, los variopintos comercios e incluso en sus (en ocasiones) estrambóticos habitantes. La tecnología es cosa de todos los días, y los grandes avances de este tipo se ven claramente en la futuristica apariencia que presenta la ciudad, aunque no de un modo tan marcado como muchos podrían creer por las habladurías. Por supuesto que gran parte de Mecha Babylon mantiene el aspecto tradicional japonés, como debe ser, ya sea por sus intactos templos, sus bellísimos jardines o sus magníficas construcciones. Además... no todos podemos costearnos la buena vida.
Para esos desafortunados de bolsillos vacíos, han de vivir en las partes más viciosas de la ciudad, los barrios bajos, en donde solo se puede hallar personas de reputación cuestionable... entre otras cosas.

Es en general, un lugar muy turístico, visitado por gran cantidad de extranjeros de variadas nacionalidades, y gracias a esto, no solo el japonés, sino que también el inglés y el francés, son lenguas que prácticamente todos conocen. Con la ayuda de los androides, las barreras del idioma han dejado de ser un problema.

En lo que  clima se refiere, Mecha es receptora de helados inviernos coronados de bella nieve, veranos de calores intensos, hermosas primaveras plagadas de hermosas flores y árboles de cerezo en flor y no menos atractivos otoños, refrescado por la brisa helada de las mañanas.

Es la tienda donde puedes encontrar a un androide que se ajuste a tu gusto. Además de ser un comercio, también cumple la función de residencia para aquellos androides que permanecen "encendidos", ofreciéndoles todo lo que puedan necesitar, las 24hs, ya sea cuidadores, mecánicos y médicos, y todo lo haga falta.

Aquí encuentras las "sobras" lo menos útil, lo inservible... lo más peligroso. ¡Pero a un módico precio! Naturalmente, que también se tiene extremo cuidado con éstos... solo que en una manera menos "cariñosa". Sin intenciones de decorar esto más tiempo, viven como un perro de la calle lo haría. Golpes, insultos y esas cosas... sus "cuidadores" no captan todavía el nombre del oficio que aplican.